"Charlamos con..."

(Risas) Está más usada en momentos de desesperación. Esa observación que haces es buena porque ahora ha aparecido gente para la que Don Lorenzo es un mítico en esta serie pero, esa gente intermedia como puede ser la Inspectora Reyes se enfrentará mucho a mi. Hay la uso mucho.

Ella sigue el lema de ejercer la profesión con libertad, se olvida de canones y eso a Don Lorenzo le saca de quicio. Tenemos hay un concepto nuevo muy interesante.

Si, fundamentalmente el conflicto generacional ocurría con mi hija. Aquí mando yo y tragas. Aunque de vez en cuando ella era muy rebelde.. Ahora la cosa ha cambiado. Son otras las peleas.

Había que jugar a eso. Yo creo que vamos a perder algunas personas pero vamos a encontrar nuevos. Creo que la factura de la serie es como si de pronto San Antonio se huberia trasladado. Es un thriller fortísimo.


No teníamos más remedio. No crecíamos. Se había producido una endogamia dentro de los conflictos, de los afectos, habíamos matado a cuatro y había que renovar la guarnición.
Si menudo capítulo. Fuimos a estar en el borde. A decir un poco más y es un esperpento.

Algo que no termino de superar, pero la vida sigue.

No me llames de usted! Ah! ¿por qué soy Don Lorenzo!

Aparte del conflicto que es sustancial, no hay comunicación con los jóvenes, le cuesta enfrentarse. El punto de unión es Povedilla.

Sí, le han pegado un par de tiros en la vida y tiene más mala leche que un cojo ¿no? (Risas). Ellos se pasan por el aro a Don Lorenzo. Nos encontrarnos con situaciones a las que a Don Lorenzo le va costar a enfrentarse al ritmo del trabajo.
Eso en la ficción, en los rodajes se llevan bien.
Sí, estamos siempre de bromas. A Mario siempre le digo ¡¡chaval!! y le doy collejas. Muchas veces, en otros proyectos, yo me levantaba por las mañanas y decía porque habré firmado yo esto, si no me entiendo con el director. Aquí no, ¿tu sabes lo que es venir por las mañanas, después de tantos años, y hacerlo contento? Es una cosa maravillosa.